jueves, 23 de agosto de 2007

La virgen del Cerro San Cristóbal


LA VIRGEN DEL CERRO SAN CRISTOBAL

Siempre se ha admirado el esplendor y belleza de la estatua de la virgen María que yace en la cumbre del famoso cerro San Cristóbal.

Sin embargo ¿Desde cuando y porque esta ahí?

Mil leyendas han surgido de esas dudas, y hoy yo te cuento esta.

Se dice que hace ya casi 200 años, cuando nuestro país iniciaba su surgimiento en la independencia, y las personas iniciaban sus vidas en verdadera libertad, el pueblo más que nunca se aferraba a la fe en la religión.

Camila, una pequeña niña Santiaguina hija de una indiscutible devota cristiana, vivía con su madre y había perdido a su padre producto de una terrible enfermedad.

La niña solo tenía 5 años, por lo que no comprendía muy bien la situación en la que se encontraba con su madre, una pobreza al borde del extremo.

Camila solo deseaba ver feliz a su madre, por lo que todos los días en las mañanas subía caminando el cerro San Cristóbal en busca de flores para alegrarle el día a su madre.

Un domingo como siempre, Camila subió con ansias a la cumbre del cerro para recolectar las flores, cuando noto una pequeña paloma blanca que la observaba. Hola amiguita, le dijo a la paloma, y creyendo que su imaginación jugaba con ella, escucho a la paloma decir, ¿Por qué cortas las flores?, ¿Qué te han hecho ellas? Camila sin desprenderse de su asombro respondió, No lo hago por dañar ni por maldad, solo quiero alegrarle la vida a mi madre. Entiendo tu intención niña, le respondió la paloma. Sin embargo tu madre solo necesita de tu amor para ser feliz. No has de saberlo, dijo Camila a la paloma, no sabes lo cansada y deprimida que esta siempre, mi amor no basta para hacerla feliz. Si lo se, respondió la paloma, siempre la veo, y veo dentro de su corazón. ¿Cómo podría ser eso? Dijo Camila, y la paloma contesto, porque tu madre me reza todos los días, porque venera mi cara y su fe siempre esta presente. ¿Quién eres realmente? Pregunto Camila, Soy quien las acobija por las noches y las acaricia por las mañanas, Virgen María me llaman siempre. Y en un parpadeo aquella paloma había desaparecido, y Camila se vio ante una mujer de belleza indescriptible y resplandor inquietante.

Oh Santa Maria, mi madre me ha hablado y contado historias maravillosas sobre ti, me ha enseñado a rezarte pero aunque lo hago jamás siento que me escuches ni que estés cerca de mí.

Pues puedo solucionar eso, si me prometes ser siempre una niña dulce y respetuosa con tu madre como has sido hasta ahora. Lo prometo dijo enérgica la niña.

Bien dijo María, me quedare aquí, en la cumbre de este cerro, para que sepas que te observo y te protejo siempre.

¿Podré venir a rezarte aquí santa María? Pregunto la niña.

Por supuesto, siempre puedes venir a visitarme, como espero también hagan las demás personas de esta ciudad.

Y por eso es que tenemos aquella maravillosa estatua en el cerro San Cristóbal, para poder estar cerca y protegidos por quien llamamos, La virgen Maria.Autores:Constanza Henseleit.Constanza Núñez.1º medio D

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